lunes, 18 de noviembre de 2013

Primera etapa: Sarria - Portomarín

SARRIA - PORTOMARÍN (21.6 Kms.) Día 1 Comienza nuestra peregrinación propiamente dicha; nuestra mochila llena sobre todo de ilusión... después de un largo viaje en el que hemos recorrido la península de Sur a Norte y haber cruzado el Mare Nostrum... Nuestra primera noche en un albergue, las primeras llamadas de atención para dejar los móviles y dejar descansar... aún no somos conscientes de que hay que estar descansados para nuestra primera jornada... Después de desayunar, un poco antes de las 8 de la mañana nos sacaremos a la salida de Sarria en el primer cruceiro de nuestro camino la foto de grupo... Ya es una tradición que año tras año hemos ido cumpliendo y a la voz de "Buen Camino" empezamos a andar... A la salida se desciende suavemente por las últimas calles de la villa hasta cruzar la vía del tren y a continuación el Camino se sumerge en un bosque de hayas, robles, pinos y toda suerte de arbustos que hacen las delicias del caminante. Este agradable paseo, finaliza en una carretera poco antes de llegar a Barbadelo, por la que se continúa hasta el siguiente núcleo de población: Rente. Seis kilómetros y medio separan Rente de Brea, siempre hacia el oeste utilizando toda clase de caminos y atajos que se entrecruzan. Algunos tramos están asfaltados, otros, como las típicas "corredoiras", se salvan saltando de piedra en piedra para evitar las corrientes de agua, como ocurre entre Peruscallo y Cotiñas, dos de las muchas diminutas aldeas y caseríos que se encuentran en casi toda la ruta gallega. Nada más cruzar Brea se encuentra el mojón del kilómetro 100 y justo después de un aislado caserío aparece una pequeña capilla de piedra, donde los peregrinos suelen dejar avisos y mensajes. Se suele parar a reponer fuerzas ... pero los descansos no deben ser muy largos... los decansos largos rompen el ritmo y luego nos cuesta mucho más continuar... La salida de Ferreiros es un descenso por el asfalto, en cuyo final se encuentra su modesta iglesia y cementerio. (Serán muchos los que veamos por el camino). Por carretera alternando con atajos y corredoiras se continúa hacia Vilachá, antes pasaremos por fincas ganaderas o mini aldeas, sin ninguna clase de servicios como: Rozas, Mercadoiro y Parrocha, entre otras. En muchas de ellas aún pueden verse los típicos hórreos, de planta rectangular y paredes de madera que sirve para resguardar el maíz de las humedades y de los roedores. Vilachá, que se encuentra a unos dos kilómetros de Portomarín, es una aldea algo mayor que las anteriores, pero que también carece de todo servicio. Nada más cruzarla y después de caminar un rato po
r terreno despejado, se inicia un fuerte descenso que nos lleva al embalse de Belesar. Aquí empezaremos a darnos cuenta de que a veces los descensos son más duros que las cuestas. La moderna población de Portomarín, ya que la antigua descansa bajo las aguas del pantano, se alcanza tras cruzar el río Miño por un sólido puente y ascender por una larga escalinata. Ha terminado la primera etapa... Por la tarde intentar visitar la Iglesia ... fijaros como todas las piedras están numeradas, eso es por que cuando se construyó el nuevo pueblo la Iglesia fue trasladada piedra a piedra desde su antigua ubicación a la nueva...

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